El trato al cliente no es para débiles
Los errores ocurren, y cuando llegan siempre es importante reconocerlos. Dicen que el cliente siempre tiene razón, excepto cuando no la tiene. Alquilar dos veces una misma casa, no es nada grave cuando puedes ubicar al cliente en otras casas. Comportarse de forma grosera, insultar y degradar a los empresarios, es lo que nunca debe hacer un cliente, siempre que te den una solución al problema. El trato al cliente, se ha complicado bastante porque ser cliente implica que con solo una transación económica, te puede exigir tanto que a veces no merece la pena el intercambio. Este intercambio se convierte en una situación tensa y carente de sentido común.
Hoy día, existen muchas soluciones para cualquier imponderable. Pero el cliente no admite las soluciones, busca el escalable en sus pretensiones. Vivimos en la época en que debemos buscar ser tan rentables que todo debe salirnos gratis o casi gratis.
El cliente ya no exige, el cliente amenaza, abronca y puede llegar a aporrearte sino tienes los nervios templados. El cliente considera que eres el gafe de todo lo que le ocurre en la vida. Es un cliente que no está preparado para la convivencia y el respeto.
Con este cliente, y ya lo decía Enrique Dans en referencia al Hosting, debemos los empresarios hacer un curso para gestión en tiempos difíciles, pero no económicos, que va, de convivencia que es lo que nuestra sociedad empieza a perder. ¿Sabéis de alguna academia que los imparta?