Redes Sociales en colegios
Hoy tenía entrevista con el profesor de mi hija. Sabía que su expediente era bueno, quizás brillante, pero no imaginaba que ella no quiere estudiar. Supongo que son cosas de la edad, pero me preocupa que un expediente así no crea que el futuro está en los estudios Universitarios. Cuando vemos la TV(pocas veces), o leemos, siempre me pregunta cómo es posible que personas que no hayan estudiado nada, hayan llegado tan lejos, y otras que tienen una amplia formación, tienen tantos problemas para vislumbrar el futuro.
No quiere leer mucho, porque dice que pasa mucho tiempo concentrada y que necesita más cambios de ritmo. Esto si me preocupa, más para un entusiasta de la lectura. Pero… también me he dado cuenta de que mis zapatos son más útiles en estos momentos, que todos los libros de mi biblioteca, que puedo asegurar, pasan de los 1000.
Ayer, cenaba con el club de leones, y a mi izquierda estaba el profesor Carlos López Otín, quien nos había hecho una brillante presentación de su investigación sobre el cáncer y el genoma humano. Otín, sino me equivoco, será uno de los próximos premios Príncipe de Asturias. En ese momento, la red social de nuestra forma de querer conocer todo sobre el cáncer, abrumaba al profesor. Su humildad, la de las personas que están por encima del bien y del mal, le permitía contestar a esa red social que formábamos el Club de Leones de Oviedo.
Las redes sociales, van más allá de esa sinapsis celular. No solo nos ponen en contacto, sino que favorecen posibilidades entre nosotros. Le comenté al profesor de mi hija que no fomentaban dichas redes en la enseñanza, que no posibilitaban el feedback entre los estudiantes y los profesores, que no permitían que los estudiantes se ayudaran y encontraran soluciones a sus problemas más allá del aula. En definitiva, que los sociogramas no se trasladaran a la web.
Los colegios y sus profesores, creen que FB, Tuenti, Twitter, Youtube, etc, etc, son lugares malditos en los que alumnos proactivos ponen en jaque a profesores reactivos. Es como la fórmula de la biología en la palabra maldita «cáncer», en la que el propio organismo, o sea el colegio, lucha, contra la novedad de personas, células, que buscan nuevas alternativas. La educación no debe dar la espalda al futuro, y los profesores deben formarse en este área. Yo, participaré en el Colegio, en la formación de profesores de futuro con niños de futuro.