He estado por Arriondas cenando y tomándome unas sidras. Cuando veo la cantidad de gente joven que va a estas aglomeraciones, me doy cuenta de que socialmente hay cosas que están cambiando. Ya no se sale a buscar un lugar para cenar y beber, simplemente te lo llevas puesto. Si, la bebida, la comida y la diversión viajan con cada persona. Esto, hace años era un fenómeno impensable.

Cuando piensas en la evolución de lo que los jóvenes harán, piensas en cómo debes argumentar tu negocio de turismo rural para evitar que no forme parte de sus desplazamientos. Las grandes compañias argumentan sus productos, y rara vez, alguien destruye los argumentos. Pueden como mucho, tratar de minimizar los efectos en los compradores, pero nunca destruirlos. Esas no son las reglas del juego hoy día, y como tal no son aceptadas.

En turismo rural, argumentar: bajo precio, buena calidad, precio por persona más barato, entorno, amistad, visitar lugares, etc, etc, es muy importante. Pero, es bastante más que los clientes te encuentren en el lugar adecuado, y es que si casi todo se lo llevan puesto, es probable que algunos se lleven la “casa” también. El turismo rural, debe buscar este segmento de clientes que aunque llevan muchas cosas desde el origen, siempre necesitan una ubicación para…. cada uno lo que le venga en gana.

PS. Las grandes empresas utilizan argumentarios siempre que sacan un producto nuevo, y cuando la competencia trata de echar por tierra las bondades de sus productos. En Turismo Rural, los argumentarios sirven para consolidar esta categoría frente a otras y es que cada día nos ofrece mayores motivos para elegirla como destino. No poner en valor cada posibilidad de vender turismo rural, es darle opciones a otras categorías que están más atentas a todo lo que ocurre alrededor.