Nunca he pertenecido a muchos clubs, más bien a pocos. Unos porque no me seducía la temática, otros porque no les seducía yo. Lo que no sabía es que nuestros alojamientos se convertían en Club hoy. Ni broma ni nada, en Club. Así rezaba el cartel que los huéspedes habían colocado en la puerta. No vi luces llamativas ni nada sospechoso de pago, pero el cartel está en un lugar visible.

-Hola, ¿Qué tal va todo?

-Genial, estamos encantados( empiezo a mirar la casa, confettis, matasuegras, todo decorado….Empezaba a palidecer..). Todos los años, la familia celebramos unos días juntos y lo pasamos genial. Este año ha tocado en vuestros alojamientos.

– Si, ya veo, ni que lo jures. Oye… ¿y lo del club?

– Ah..risas. Nos divertimos mucho. Somos todos familia y formamos un club.

– Ah, ¿o sea que no tiene nada que ver con….?( de broma claro).

– No, que va…

Resumen: un club es una situación, es un momento, es un lugar, es un objetivo, es una misión, etc. Un club es importante porque los que están en él quieren que sea un lugar importante. Importante por lo que hace y por lo que siente. Una casa rural convertida en Club por unos días, es ver más allá de la ubicación, es ver más allá de las cuatro paredes, y convertir un lugar determinado en situaciones indeterminadas. Es pasar de lo personal a lo global y así sentirte más inmortal. Eso es lo que es un Club y eso es lo que ha transformado una familia el lugar que nosotros comercializamos. Al final, al espacio se le puede llamar de muchas formas, pero la personalidad se la dá el cliente. Habrá que empezar a diseñar ofertas para estos clubs…..