La diferencia entre el presidente de mi pais y mi casa, es que en mi casa siempre había sobres, y en su casa que es la de todos, no existe ningún sobre apartado, preparado y sellado. La fábula del sobre, es realmente interesante:
– Un día, llegaba un señor cansado con un poco de dinero a casa y decía: Toma, haz con ello lo que creas conveniente.
– La persona que lo recibía, lo miraba, lo guardaba y lo clasificaba. Todos estabamos atentos para ver el proceso. Este, no era otro que la clasificación en varios sobres de distintas partes del dinero. Dividir y destinar el dinero, siempre es difícil y doloroso porque tendrás que sacrificar la voluntad en pro de la necesidad.
– Aquél proceso era todo un ritual. Sentados, empezábamos a pensar: cuando esto se acabe qué petición de los que estamos aquí atenderá. Muchas veces era ninguna, porque siempre había un sobre final que decía Imprevistos.
– Así dábamos media vuelta y a pensar en el mes siguiente. Mes a mes, año a año, teníamos en el sobre imprevistos una parte importante de nuestro interés por estudiar, por ser buenos o por ayudar en tareas de casa.
– Siempre recuerdo a muchos de mis amigos con sobres más abultados y con mayores posibilidades para la voluntad. Esas cosas que permiten liberar el alma de congestiones múltiples. Pero siempre tuve claro que esos sobres eran los que había y nunca traté de cambiarlos por los de mis amigos. Es más, nunca me tuvieron que decir en casa que había intentado ganar la voluntad a la necesidad, y con ello mis padres nunca sufrieron el castigo de que el padre de mis amigos me reprendiera por querer gastar lo que no tenía. Eso sí, siempre comíamos lo mismo, a principios que a finales, mientras a mediados de mes, otras personas ya solo comían patatas guisadas.
– Lo que no tenía claro, es si un país se podía llevar así. Pensaba que algo tan grande, con tanta gente, tantas empresas, y tantas opiniones diferentes, era muy difícil de mantener con la teoría del sobre. Pero también pensaba que si esto se hacía individualmente y solía ser una práctica habitual en las familias en aquella época, porqué no seguir con esa teoría.
– Hoy día, la teoría del sobre no existe, aunque debo reconocer que en mi casa aún quedan resquicios de esa teoría. Se establecen prioridades, y el capítulo de imprevistos tiene siempre un apartado vinculado a la tecnología que es bastante más cara que los imprevistos del sobre de hace 20 años. En Turismo me ocurre lo mismo, no existe ningún privilegio para nuestros negocios que no esté en el sobre, lo plantee quien lo plantee. Vamos poco a poco, pero el sobre tiene que durar mucho tiempo sin cambiar(ojo, esto también era importante: no cambiar el sobre cada mes, implica que desde el principio, el destino del dinero era el adecuado. Ver el sobre gastado en poco tiempo, implicaba un gasto inadecuado). Si esto ocurre en mi vida, me pregunto:¿Porqué no se hace esto en mi país?, ¿Porqué no se establecen voluntades y necesidades?, ¿Porqué la persona que debe manejar estos sobres, es incapaz y tienen que venir otros padres a enseñarle qué colocar en cada uno?, ¿Porqué se destina dinero de esos sobres a actividades que no tienen un retorno, y con el que se pagan amigismos que repercuten en la buena gestión de tu casa?.
PD. No hay nada más duro para un hijo, que decirle a su padre: Papa, deja que nuestra economía la administren otros al menos hasta que la nave se nivele…