Creo que esto nos pasa a una gran mayoría que utilizamos dispositivos de última generación, y es que en el apartado de los Gps o en los menus destinados a buscar en internet el parámetro «alojamiento», suele estar copado o bien por los Hoteles o incluso por los campings. Esto útlimo si que me asusta más, por el importante crecimiento del turismo rural en los últimos años, y el estancamiento de los campings. Me da igual el dispositivo, N-95, iphone o similares. Alojamiento= Hotel.

Tengo una fe infinita en que el mobile marketing sea una de las posibilidades del turismo en los próximos años, y en cuanto la red 3G funcione adecuadamente, muchos turistas podrán disfrutar de una ingente cantidad de información. Lo que no termino de entender es porqué en el desarrollo del software de dichos dispositivos, no figura el turismo rural como categoría dentro de los alojamientos. O los desarrolladores del marketing para dicho software no consideran al turismo rural una opción de incrementar la venta de dichos aparatos y a su vez el consumo de datos con la consiguiente rentabilidad para el operador, o los empresarios de turismo rural somos incapaces de vender esta categoría de tal forma que las empresas que desarrollan dicho software consideren que Alojamiento es igual a casa rural, hotel, camping, etc, etc. (seguir leyendo…)

Creo que para todos esta situación es muy común. A veces nos encontramos webs de mayoristas de viaje con mejores precios que los que da el propio fabricante. Y en turismo rural no va a ser menos. Es evidente que quien más posibilidades tiene de manejar el precio de cara al consumidor final, es el fabricante, pero no por ello a veces los clientes, confían más en el mayorista que en el fabricante. Los precios siempre van en función del volumen, y la exigencia del cliente no entiende de volúmenes, solo de por qué ha encontrado tu precio mejor en el e-almacén de Internet y no en la e-fábrica del fabricante.

En los años que llevo en el mundo de la distribución, he visto muchos clientes cabreados por la siempre elasticidad de la tarifa del fabricante, y contentos con la rigurosidad que el almacen les ofrece. Claro, el surtido no es el mismo en uno que en otro: el fabricante tiene todo el catálogo, o sea, tu le puedes ofrecer a tu cliente, turismo activo, restaurantes, etc. Y el mayorista no. Él, solo puede ofrecer el viaje y la estancia. En lo demás, no se complican la vida. A Dios gracias, porque el día que consideren al turismo rural y sus posibilidades de valor añadido como parte del entramado de su negocio diario, el fabricante puede o podemos, empezar a tener serios problemas. (seguir leyendo…)

Bien podría ser un simil de lo que ocurre en Usa, en donde en las escuelas y a través de la 2.0, se les enseña todo el proceso de votar. En nuestro caso, y en una región mayoritariamente pyme turísticamente rural hablando, no entiendo como muchos de los procesos diarios en los colegios no utilizan esta fantástica herramienta para enseñarles todos los procesos de turismo rural de nuestra región. ¿porqué no crear empresas o candidatos a dirigir dichas empresas rurales a través de Facebook, y hacer amigos más allá del propio mensaje?. ¿Porqué no utilizar un canal de vídeo como Youtube para potenciar su capacidad de expresar lo que quieren decir?. Es muy importante adaptar las posibilidades de la sociedad a la opinión de los estudiantes, y bien se podría hacer una guía 2.0 para ello.

La mayoría de los problemas de los estudiantes, pasa por conocer su futuro, y este no va a mejorar mientras en parte no adaptemos nuestros recursos a la dirección que marca la sociedad. Hacerlos más proactivos en este tema, implicaría una mejor utilización de los recursos, y una participación global y responsable. Estoy seguro de que la amistad y proyección que podría existir más allá de esta red social, tendría una alta incidencia en su forma de focalizar el mundo empresarial. (seguir leyendo…)

Lo que leo en The Economist, hace tiempo que lo llevo pensando en función de mi análisis sobre todo lo que figura en este blog. El futuro online, puede tener muchas connotaciones a través de lo que todos pensamos, hacemos y luego reportamos en este medio, pero es muy difícil considerar las redes sociales como un negocio en si mismo. Pienso que las redes sociales, ayudarán a hacer lo que antes nos era imposible, por la lejanía de dicho medio, pero no deben ser vistas como el fin de dicho negocio online. Crear grupos, escribir en medios, tener blogs, y ese largo social media que hacemos a menudo, es un vehículo para potenciar tu negocio en el canal online, nunca un negocio en si mismo.

Para que un anunciante se interese por dichos medios, no solo el tráfico debe ser importante, sino la posibilidad de que esa masa crítica entienda que ese producto está en ese lugar en el que le gustaría verlo y no en otro. Solo hay que ver la cantidad de navegantes buscando información, y el porcentaje bajísimo de lectura de anuncios en el lugar a buscar. Cuando hablo de redes sociales, mi interés pasa por fomentar la inquietud de lo que nuevas tendencias pueden llevar a otras, pero no de lo que esa tendencia implica en mi negocio. Más que las tendencias puente, me interesa lo que pueden originar muchas fórmulas en un futuro y lo que otras personas hacen en la pertenencia a redes sociales. Es más, existe un acto claro de pasividad que no permite que sea en todos. De ahí, que el «en ninguna parte» del que habla The Economist», sea el lado que uno debe mirar. Todos en todos los sitios, pero a la vez en ninguno. ¿La causa?: El maremagnum online que existe, la falta de actividad en los que participamos en este nuevo canal, la dificultad para crear un modelo de negocio en si mismo, y la inmadurez del internauta para apreciar las posibilidades del Networking.

Su futuro es muy importante, pero siempre visto como puente hacia otros proyectos. En turismo, te permite acercarte a la realidad de muchas personas, a la vez que les permites expresar sus emociones sin tapujos. Quizás este, sea uno de los parámetros más importante de los Social Networks en el futuro. ¿Estaremos preparados para todos estos imputs en todos los sitios y a la vez en ninguno?, ¿Seremos capaces de lograr que nuestros clientes lo utilicen como un canal de nuestro propio negocio?, ¿Habrá continuidad, o sea interés por parte de nuestros clientes en cambiar la estrategia online a través del networking?…

Hay una frase lapidaria del general Norman Schwarzkopf, y es que todos sabemos lo que tenemos que hacer pero lo difícil es hacerlo. Esto es desde el prisma militar o empresarial, y es que al fin y al cabo las estrategias son muy parecidas. En Turismo todos sabemos que hacer, pero a la hora de hacerlo, creo que todos vamos en el mismo carril, y nadie hace muchas cosas que cree que tiene que hacer. La diferencia, la marca el cliente que si tiene claro lo que tiene que visitar, dónde comer o que productos comprar.

El cliente tiene muy claro una cosa, y es que su tiempo de vacaciones tiene que ser aprovechado al máximo, y así lo lleva a cabo. El empresario de turismo rural, cree que tiene que hacer cosas, pero no acaba de hacerlas: indicarles rutas, restaurantes, carreteras alternativas y la posibilidad de encontrar nuevas funcionalidades a la figura del Alojamiento, a través de la interacción entre ambos, pueden ser algunas, pero existen muchas más.

Durante esta Semana Santa he visto más turistas que nunca, más lleno en los restaurantes que nunca, más coches en la carretera que nunca, y todo se debe a que el turista sabe muy bien su objetivo. Los empresarios, debemos empezar a leer entre líneas la llegada de los clientes, y procurarles una convivencia diferente, profesional y dirigida en algunas áreas. El dominio de una profesión, pasa por que muchos clientes sigan tus consejos, no solo porque lo sabias, sino porque también lo ponías en práctica. Esa práctica es la que el empresario debe empezar a vivir con sus clientes.

Cada día más clientes confían en nuestra gestión y me he dado cuenta de que la diferencia está en que sabemos algunas cosas, y las ponemos en práctica, algo así como el Just Do It de Nike.  Eso sí, nuestra evaluación es contínua.

Puede parecer una perogrullada, pero me parece importantísimo. De hecho, cuando vas a un hotel, el resto de tus datos no visuales, pasa por pedirte el código postal. Cuando haces facturas, te das cuenta de muchas cosas repasando el Dni, pero la que más me llama la atención es el código postal. No existe y nosé porqué, no deja de ser un dato más de tu dirección.

Independientemente de este dato, que debería ser obligatorio  a todos los que emitimos facturas en el ámbito turístico, nos permitiría conocer la procedencia de nuestros clientes en una capital como Madrid por ejemplo, y cuál es el motivo de que afluyan a tus alojamientos más clientes de Móstoles que de Leganés, por decir algo. Y sino, fijémonos en empresas como MediaMarkt, lo que te preguntan al pasar por cajas: ¿me dice su código postal, por favor?.

Es un apunte que tanto legal como para temas estadísticos, vendría muy bien, y que no deja de ser parte del propio carnet. Dirigir tu campaña turística en una determinada ciudad, conociendo que la mayor parte de tus clientes están en una zona, es poder implementar campañas más efectivas, invirtiendo menos recursos de los habituales.

Supongo que tiene que haber algún motivo de peso para no incorporar 5 números a un papel que indentifica la posición exacta de nuestro día a día.

Hace unos días, leía en el diario La Nueva España la noticia de que un empresario langreano compraba un pueblo en Caso para rehabilitación de turismo rural. La idea no es mala, es buena, pero depende del enfoque. Yo hace muchos años que sigo esa idea, pero con una connotación muy diferente al turismo rural. Mi interés pasa por conocer la situación subvencionable con cargo a Fondos Mineros de esta nueva empresa, y lo comento dado lo complicado que están las subvenciones en Asturias para turismo rural.

Durante muchos años, se concedieron infinidad de ayudas( entre las cuales me encuentro, aunque no en le medida inversionista que hicimos), y muchas de ellas no lograron su objetivo, porque lo profesional y lo subvencionable no siempre van de la mano. Soy de los que pienso que más que medidas de creación de empleo, habría que hacer un test psicológico-empresarial al que recibe la ayuda.

En estos momentos, las ayudas en zonas de gran atomización son nulas, salvo las que turismo ofrece todos los años. Es evidente que siempre he tenido claro que si crees en tu negocio, la subvención es algo que no te debe preocupar. Sino crees, ésta es una aspirina para un mal crónico, que a la larga te llevará al ostracismo profesional.

Ofrecer 130.000 euros en una zona con excasos recursos turísticos está muy bien, pero yo me pregunto lo siguiente:¿Se terminará el proyecto?, ¿Será rentable aún con la subvención?, ¿Podrán comercialmente convencer a toda España de que además de Covadonga, Los Lagos, Cangas de Onis, Llanes, etc, etc, existe otra parte de Asturias para alojarte?, ¿Se apoyará desde la CCAA esta nueva inversión?. Tendría infinidad de preguntas para conocer si es una opción rural, digo real o no.

En Marketing hay dos tipos de productos, o yo al menos son los que conozco en mi experiencia en las ventas: los que se venden y los que no. El que se vende, su comprador siempre está feliz de verte por su despacho porque le traes negocio. El que no se vende, puedes interesarle para una operación en concreto, pero no es el producto de rotación y no contribuye al negocio global de la empresa, solo a generar en el mercado una llamada de atención.

Bien, llamada de atención al canto…..