En tu vida diaria siempre hay un momento para las creencias. Si abandonas ese proyecto, nunca tendrás un objetivo claro. Muchas personas lo hacen, en busca de un dinero fácil, de un autombombo fácil, e incluso de proyectos en los que no creen. Abandonar tus creencias es abandonarte a tu suerte porque el mundo ya no es como hasta ahora y los liderazgos son cada vez más exigentes.

La forma de mantener, de inculcar y de promocionar ese liderazgo, es compartir ideas. Tu creces, a medida que otros crecen, pero es imposible que crezcas cuando tu cooperación es cero, o manifiestamente propagandística, lo que tarde o temprano, te lleva al fracaso.

Es muy difícil adaptarse a nuevos espacios, cuando te sientes inseguro, y máxime cuando esos espacios son ámbitos que no manejas y otros sí. Ese enfoque general para todo lo que pueda ocurrir en el futuro, es una parte de tu fracaso.

Sino has trabajado duro, no puedes ser eficaz, y siempre estarás pendiente de las nuevas habilidades que como no las has desarrollado, te llevarán decididamente al fracaso. Si quieres tener éxito, debes aprender de la gente a la que consideras tu referente.

Todo depende de una variable y es algo que he comprobado muchas veces en mis foros: la protección al innovador. Entre la provocación y la complacencia, siempre te faltarán followers, esa masa crítica que valida tus proyectos.

Las start-ups siempre guardamos celosamente a nuestros clientes porque sabemos que son únicos. Cuando estos pretenden ser parte del «circo», es necesario que la sociedad redefina qué mecanismos pueden estar fallando, algunos de gran transcendencia para nuestro futuro.

Si queremos una verdadera democracia, los emprendedores no son una herramienta que las instituciones utilicen a su antojo, sino una fantástica herramienta para que un país evolucione y controle de forma positiva y coherente lo que hacen sus gobernantes. Cuando esta pirámide se invierte, y está basada en la apertura tecnológica, debes empezar a plantearte porqué ocurre esto y qué derechos y deberes tienes para cambiarlo. Porque cuando votas a tus gobernantes, debes exigirles al menos que sean responsables con lo que quieres que te representen, porque así serás en el futuro. Tú decides…