Ha pasado un año, y muchas cosas han cambiado. No solo en mi día a día, sino en el ámbito turístico. Durante el último año, he tratado de colocar el nombre de Asturias en un ámbito nacional siempre vinculado al sector tecnológico. Un destino que no esté vinculado a las nuevas tecnologías, es un destino sin futuro, y ese ha sido uno de mis contínuos objetivos. Las Asociaciones, deben tomar decisiones en virtud de sus asociados, y no parasitar entre amigismos que lo único que promueve es el bolso de unos pocos condenando la estrategia de muchos. Las ciudades y las villas, deben promover encuentros entre emprendedores y deben eludir la contínua  categorización de turismo como parte ineludible de este sector, para complementarlo con cualquier disciplina que estudie el comportamiento humano.

Los empresarios de turismo, pasan a un primer plano decidiendo qué es lo que quieren para su negocio y  las marcas preguntan al usuario de turismo, empresario en este caso como canal al consumidor final, la forma de trabajar un objetivo y el acceso a dicho galardón ya no lo deciden las instituciones, sino las estrategias que los empresarios demostramos cada día. El activismo de las marcas ha cambiado la pirámide y las personas pueden dejar una logo por una mala estrategia detrás.

Me gustaría que España tuviera una visión tecnológica que fuera decisiva en la venta de nuestro producto. Me gustaría que los empresarios pensaran en formarse y formar a todos los que los rodean. Me gustaría que desde la política, el turismo fuera visto como la herramienta clave para colocar a nuestro país en esa velocidad que nos haga competitiva y que no utilicen la tecnología como el producto que uno desenfunda en un lugar determinado para impresión del «tendido».

España y Asturias, necesitan que todos obliguemos a gobiernos centrales y locales a que escuchen nuestras propuestas, a que las apoyen, a que las promuevan y a que formen parte de ellas. También es necesario que busquemos cada día el empuje necesario para que nunca nos digan que no lo hemos intentado, y es que muchos empresarios de turismo prefieren esperar a la «muerte» turística, antes que poner remedio.

No descansaré hasta demostrar que el ciudadano debe ser un activista, un promotor, un denostado investigador. Los gobiernos se sentirán más presionados y tendrán la obligación no solo de estar en esa linea, sino de ir por delante. Para ello, tendrán que contratar a los mejores, y eso es lo que nos hará a todos mucho más seguros y con un futuro más certero.

Llevo soñando con un país mejor en turismo hace muchos años, y cada vez lo veo más cerca. Tengo más ilusión que nunca, investigo más que nunca, pero me encuentro con una parte importante de la sociedad que sigue sentada en su «sofá» viendo la vida pasar. Para todos esos amigos que este año me han hecho ver el mundo turístico y mi región de forma diferente a como lo había visto hasta ahora, me gustaría enviarles un fuerte abrazo. A los demás, espero que no tarden en darse cuenta de que la realidad en la que viven, no es la que existe ni la que se pide aunque el tiempo pondrá a cada uno en su sitio….. Felices Fiestas, y un Próspero 2011.