No es fácil, es más bien difícil para una parte importante de la sociedad. Trabajar con un creativo que cada vez tiene más tirón en su sector, implica una preparación previa. Los creativos no son relaciones públicas, no les interesan los eventos, y no firman autógrafos. No entienden que su trabajo, pueda ser reconocido como obra para una parte importante de la sociedad.

Hace años que trabajo con Miguel en este sector, y cada vez son más las personas que preguntan sobre su diseño. Un creativo entiende que lo que alumbra, como los partos, tiene que ser tratado en todo su proceso como lo que él ha tardado en dar a luz esa criatura. Para no herir la sensibilidad de una madre, no debemos tratar a su hijo/a de forma diferente a como ella lo trataría.

El dar a luz, es una expresión relacionada con los seres humanos. En mi caso, y al vivir con un creativo, dar a luz es parir un proyecto que para todas las personas sea el hijo/a más guapo que toda madre desea que le digan. Ese proyecto se convierte en algo importante, cuando todos consideramos que lo que vivimos en ese fin de semana en nuestras casas, forma parte de lo que querríamos vivir en las nuestras al llegar a casa.

Los clientes de turismo rural empiezan a tener en nuestros alojamientos, una especial sensibilidad por lo que han alquilado. Ya no es el alquiler por el alquiler, hay cosas que  van más allá del alquiler. Sus intenciones, se cruzan con las del creativo, para dar forma a un fin de semana diferente.

Yo, que trabajo muy de cerca con el creativo, noto que nuestro posicionamiento, y la percepción que el cliente hace de nuestros alojamientos, está cambiando. Es la capacidad para sensibilizar al cliente, y hacerle ver  que apostamos por la diferenciación, esa que solo imprime a sus obras, el creativo.

El creativo siempre está contento cuando los clientes entienden que han ido más allá…………