En la entrada de Countryside leo un artículo realmente interesante, y que versa sobre la solicitud de voluntarios para la exposición de productos autóctonos. Su objetivo no es otro que educar a los visitantes en la comida local. Tu recompensa: una camiseta.

Pues bien, las solicitudes son muchas, el interés creciente, y el futuro del campo y de sus productos es un problema de todos. En nuestro país, y en mi región, esto no es aplicable. Y no lo es por lo que de mercantilista tiene nuestra vida. Bien es cierto que nunca ha sido propuesto, al menos a mí. En una feria o exposición, va el productor, el propietario, y él se lo guisa y se lo come. En USA, puedes ayudar a dar a conocer estos productos y a sentirte involucrado en lo que las personas del campo hacen.

Siempre he comentado la importancia de ver lo que hacen en otros países, ante el autoconvencimiento de que determinada situación ya no es aplicable al modelo actual. Si ese modelo funciona en otras regiones, es porque están haciendo algo diferente. Esta diferencia, está en la mentalidad de la gente que vive en el campo y de los que parte la necesidad de evolución. Podrán contarte desde la urbe muchas cosas, pero nadie mejor que tú para saber como actualizarte en esa situación. Otra cosa bien distinta es el derrotismo que da paso al capitalismo, o al mercadeo de sueldo por trabajo.

La diferencia con USA, es que aquí rápidamente nos dejamos manejar por subvenciones y otras «hipotecas», para vislumbrar otras posibilidades. Estas posibilidades no son sino el cordón umbilical de lo que no quieren que hagas. No nos engañemos, Enrique Dans pone el dedo en la llaga en este post. Te voy dando poco a poco, te llevo, hasta que cachisss: el campo no existe, el campo va mal, esto no es lo que era, y chass.. ya estás dentro, y contigo la mentalidad de toda tu familia, o vecinos. Al final, el globo sonda hace su efecto, y la catástrofe está servida.

Bueno, pues en EEUU, esa catástrofe la han convertido en ventaja competitiva, y el campo marcha, vaya que si marcha.