No cabe duda, cuando las agencias a pie de calle tienen que hacer un gran esfuerzo por captar clientes, cuando las ventas online no difieren en precio en una gran cantidad de reservas físicas, cuando las aerolíenas sufren para captar clientes, cuando baja el poder adquisitivo y por la tanto la dificultad para que España envíe más viajeros a otros países, las centrales de reserva ven la gran oportunidad del turismo rural en este año y sucesivos.

El antes olvidado «turismo rural» para las centrales de reserva, puede ser un interesante refugio de recuperación de lo que habrían estimado vender en otras categorías de turismo. Y es que si en una gran cantidades de sectores, se está tendiendo a comprar productos de más bajo coste, pero de buena calidad, el turismo rural no es una marca blanca, pero reconozcamos que tiene una muy buena relación calidad-precio.

Esto me recuerda a cuando las grandes cadenas, buscan ese proveedor que si antes no lo tenías en cuenta, ahora lo llamas para que ese producto que antes no querías, te venga a ver, lo compres y  hagas una rápida distribucíon. Algo así, es lo que están haciendo las centrales de reserva: llamando al empresario rural, facilitándole reservas y trabajando de forma seria y proactiva con una categoría que tiene un gran futuro. Ahora, cabe pensar que muchas agencias de viaje, podrían seguir la estela de las centrales y salvar la temporada.