Los camaleones y el turismo son muy parecidos. Asistimos a una gran metaformosis en una tercera revolución industrial que influirá  de forma decisiva en el turismo. La segunda revolución, establecía disciplina y trabajo frente a la colaboración de la tercera, pero ambas llevan la palabra industrial. La buena noticia, es que desde ahora hasta el 2050, pico máximo de dicha metamorfosis, tenemos tiempo suficiente a adaptarnos. La mala noticia es que cada diez años de los pasados, equivaldrán a uno de los actuales.

España es un país que debe aumentar su proactividad tecnológica, porque los costes por unidad son caros. Sino aumentamos las unidades, no generamos demanda. En turismo es muy parecido: se acaba la verticalidad de una cadena de montaje hostelera u hotelera, y se busca la productividad de cada ubicación. Sino existe esa productividad, no habrá expansión del sector. Y esa productividad viene por la tecnología, lo que hará que exista dinero sobrante para invertir en otras necesidades del sector.

Esta era industrial pone fin a la mano esclava del turismo hacia los gobiernos, lo que abre la oportunidad de trabajo colaborativo. Esta nueva revolución, ya no permitirá a los gobiernos crear en masa proyectos que no tengan una veta distribuida. Ya no servirá crear puestos de trabajo innecesarios porque la propia tecnología regulará estas necesidades.

Esta tecnología en el sector turístico, será la que  han diseñado para sustituir a estas en los puestos de trabajo. Hemos visto emigrar hacia la ciudad a muchas personas a lo largo de los años, algo que las personas que viven en el campo, harán a través de la colaboración tecnológica en mucho menos tiempo que actualmente, provocando el final de los pueblos.

La nueva civilización se basará en las personas y no en el mercado establecido. En el Turismo, los gobiernos y los mercados serán una extensión de las personas, porque lo que cada uno digamos, nos vinculará como pueblo, en muchas ocasiones virtual, y esa confianza invertirá en los mercados. Si un sector es amenzado por la sociedad civil, podría ser asumido por otor sector. Siempre se buscará ese espacio distribuido y colaborativo. Llegará un momento en el que todos los empleados de un sector como el turístico, se revelen de la mecánica diaria para buscar la parte más social, ese momento que nos dice a cada uno porqué existimos.

Es en este punto, en el que debemos pensar en una familia global, en un turismo realmente evolutivo. ¿Qué opinas?