Pese a lo que dice The Economist, perder la cara no es malo. La compañias Virgin, y British Airways deciden que sus empleados no utlilicen las redes sociales, en lo que ellos llaman, prevenir antes que curar. Dicen que los empleados comentaban en Twitter o Facebook los problemas que tenían, y eso redundaba en una mala imagen de la empresa. Las redes sociales son un una importante herramienta social, que por mucho que algunas empresas quieran evitar, no podrán hacerlo. Los vínculos entre los empleados que logra una red social, y el interés por mantener actualizado el perfil, es muy motivador.

El movimiento en las redes sociales de los empleados, debe ser tenida en cuenta como una tendencia, no como un obstáculo para el progreso. Todos nos enriquecemos de lo que hacen los demás y aprendemos de lo que leemos en la red. Nos gusta buscar e investigar en la red, y en este momento, nos actualizamos por el hecho de considerarlo una necesidad.

En turismo, y lo sé por propia experiencia, los clientes son mucho más receptivos cuando eres transparente en los medios previos a la elección de un destino turístico, durante la elección y en la partida del destino. La cara es una parte del proyecto y de lo que el cliente puede tener como elemento para la elección, pero pasa a ser un elemento sin importancia, cuando todo el perfil que existe detrás de esa cara, se actualiza facilitando en todo momento, el contacto tanto con la persona como con la empresa. Es la pérdida de la cara a la que las grandes compañias, aún no están acostumbradas.