Me pasa Jorge Ramos de Impronta Comunicación, el artículo de la empresa Ocio Dinámico sobre lo que ahora se llama Slow Travel. A través de dicha forma de viajar, apreciamos más en esencia las cosas que nos rodean, para evitar que todo lo que se refiere a turismo, tenga connotación a scanner de aeropuerto, teléfonos móviles echando humo, varios destinos en un breve espacio de tiempo, y una situacion estresante que acompaña a una gran parte de los turistas o viajeros. Es el disfrute del viajero que no del turista.

Esto es interesante, pero en Turismo Rural ya ocurre hace años. La esencia de este negocio pasa por la cercanía y la autenticidad que refleja no solo el medio, sino las personas que trabajamos en este sector. Hace ya años que el Turismo Rural va en aumento y eso es debido al interés de muchas personas por desconectar de su estresante vida diaria, aunque no es un target mayoritario, o sea, personas de edad entre 35-55 años, las cuales consideran el turismo rural, un lugar idóneo para recuperar su situación social y familiar, rota en las ciudades.

Si existen muchas personas de edad por debajo de esos 35, que empiezan a ver al turismo rural como un centro de convivencias a un precio mucho más razonable, y a lo que colabora el hecho de poder divertirse sin tener que coger un coche durante el fin de semana. Todo ello, hace que el hecho de entrar en un pueblo te haga parar y empezar a replantearte tus días de una forma más relajada, pero no por ello, debes dejar de estresarte buscando rentabilizar muy bien tus vacaciones.

La sociedad del ocio y el trabajo ya no se separan. Si te relajas en exceso en tus vacaciones, perderás la posibilidad de ver muchas cosas, a la espera de otro momento. Este otro momento, es cada vez más complicado de tener porque el ritmo de hoy día no te lo permite. De ahí que muchos intercalemos vacaciones en el medio rural y en el medio urbano. Viajar despacio es bastante difícil, aunque reconozco que en el medio rural estamos más predispuestos a ello por el entorno.

Vivo en Oviedo y podría ser perfectamente una Slow City, por sus calles peatonales, sus parques, ambiente tranquilo, y convivencia en general, y si tuviera que estar de vacaciones, sería tan estresante como cualquier ciudad del mundo. Es muy difícil ir despacio en un lugar donde todo el mundo va de prisa, al igual que es muy difícil ir deprisa en el entorno rural, en donde todo el mundo va despacio.

Estoy de acuerdo en qué una imagen vale más que mil palabras, y el fijarla con la mirada resulta una vivencia incomparable, pero todos tenemos la sensación de que hay que ver mil imágenes en cada visita, y sin cámara……, o sea, tecnología, lo dudo.