Sin entrar en Derecho, porque tendría que volver a mis antiguos años en los que Justo me examinaba oralmente de Derecho Romano, me encuentro muchas veces con estas situaciones:

-Hola, me gustaría reservar para el día xxxxxx

-De acuerdo. ¿Cuántas personas son?

– 4 y admiten perros?

-Pues no, pero si se porta bien…. Por cierto algunas veces están mejor educados que los de dos «patas».

-De acuerdo, ¿entonces como hago los trámites?

-Le indico como rellenar todos los papeles, como hacer la reserva, le envío la Hoja de Confirmación y nos ponemos a su disposición hasta su llegada.

-Cuando llega, la reciben mis suegros y no se dan cuenta porque vienen en dos coches, pero al día siguiente…Cáspita, ven salir a 6 personas y el chucho.

-Le pregunto a mi huésped por tal situación y me dice que claro que viene con dos bebés( además de los demás), y que no ocupan mucho porque traen cunas portátiles. Me quedo de piedra……..  Le comento que la casa es para 4, que por ley no esta correcto, que el contrato que firmó inclumple uno de los fundamentos de la contratación, que la casa no tiene servicios para todos, y que coño….. que han pagado por 4 y vienen 6. Ah, pero son bebés. El bebé no mancha, no come , no gasta agua, no usa luz, nada, el bebé solo viaja en «cuna portátil».

Conclusión: En este sector debemos ser aun más rígidos en las normas de contratación de productos y olvidar los diminutivos como casita, pueblito, etc. Este es un sector cada día más profesional y con menos recursos por empresario que nuestra familia la hotelera, pero no por ello debemos de consentir el alquiler a cualquier precio. La amistad y cercanía que produce el producto no implica la seriedad en la venta del mismo. Se trata de educar a nuestros clientes en la interacción no solo con el medio, sino con los empresarios responsables de revitalizar empresarialmente el sector.