Muchas veces la ignorancia no te permite ver realidades. En USA, se comparten en turismo y social media mucho más los éxitos que en España. Es más, es fácil que varias personas puedan escribir sobre el dinero extra que le ofrece una buena gestión de las cancelaciones, una buena estrategia en social media de una estación de sky, o cómo un parque de atracciones fideliza a sus clientes a travé de lograr un feeling con los padres de los niños que lo visitan. La formación en esta materia quizás sea como la nuestra, pero la forma en la que la expresan y buscan soluciones, es infinitamente superior. El hecho de crear grupos de personas en las que el tema de debate sea «Para qué hotel no trabajarías tú», nos permite ver la rapidez en la que buscan unanimidad en las decisiones y diseñar una estrategia correcta para el futuro turístico.

Si esto lo trasvasamos aquí, a España, yo no me imagino a ningún trabajador del sector turístico contestando en un foro, en un blog o en cualquier red social sobre porqué no le gustaría trabajar en un hotel X. O sea, que les dejamos a los usuarios que sean los que valoren el turismo, cuando los propios profesionales del mismo sector  somos incapaces de dirigir esa estrategia y de conducir a los empresarios turísticos en el camino que demanda el usuario final. Tiempo al tiempo, que lo que no hagamos nosotros, lo harán otros.

Mi precoupación por los clientes, no es por su viaje, sino por lo que están haciendo. Me ocupa y me preocupa, saber y conocer lo que un cliente que visita Asturias está haciendo, pero no el viaje en sí. Todos los empresarios turísticos  deberíamos sacarles la información al cliente. No podemos dejar que haga su viaje y nadie más sepa de él hasta que se vaya a otro destino. Asturias, necesita un vivero de experiencias basadas en la opinión y en la interacción con sus visitantes. Necesita una nueva estrategia compartiendo todos estos casos que los empresarios de turismo deben poner en marcha e incoar a la administración a tomar decisiones en función de ellos. El turismo necesita un nuevo marco y no necesariamente de inversiones en PLV, sino de investigación acerca de las ideas que promueven los propios turistas y empleados del sector, y que los empresarios debemos captar para poner en marcha la nueva estrategia.