Quizás alguno conozca la historia del empleado que pensó que la empresa era de él. Muchas personas en este país, tienen la terrible desgracia de pensar que la empresa en la que otros invierten y ellos trabajan, son de ellos. La comprensión empática se convierte en falsa moneda de intercambio nominal. Todos los meses trabajas, todos los meses cobras. Ah.. se me olvidaba, los más ilusos dirán: qué dices!!, si me llevo muy bien con mi jefe, si se que me aprecia.. Mentira, puras mentiras. No seas iluso. España es un país en el que la cantidad la ponen las pymes, pero la toma de decisiones están en las otras restantes.

Los teléfonos suenan con timbre diferente, la voz es más agria de lo habitual( ves, eso te pasa por pensar que siempre iba a hablar igual), y las concesiones son las de un combate de esgrima. Tras ello, la dificultad en la respiración, y el oido suspicaz, se convierten en una liberación de adrenalina que transporta un estado mental noqueado. La alerta está justificada, y el amante de la empresa, empieza a establecer una relación de odio hacia su verdugo.

Retrasas la posición que nunca tuviste(siempre proactividad y todo por la empresa), para poder establecer una concordancia entre las necesidades y el futuro. Para ello, analizas y tratas de ponerte en una parte que ya es virtual porque no te corresponde, y buscas el instinto maternal que siempre cuida de los descendientes. Mientras tanto y no, los fundamentos humanos y recursos del espacio del que formabas parte, son como un huracán, y te envuelven sin permitirte poner los pies en el suelo. Eres el recurso menos interesante y has osado pensar lo contrario.

Cuando racionalizas la realidad y te despiertas, un montón de buitres( de esos con los que antes tomabas café), pasan a despojarte de tus realidades, y te conviertes en el interior del altavoz, un altavoz que nadie escucha y se postula como el camaleón que todos llevamos dentro.

A partir de aquí, las palabras, el éxito y el progreso, son un bálsamo para las naúseas. Estamos en una nueva sociedad en la que las nuevas generaciones encuentran la transacción económica como morbo diario. Es evidente que la actuación del actor joven, puede crear cierta incredulidad en los nuevos directores, pero como todos renuncian a conocer a fondo sus intimidades, juzgan tras una mesa la nueva operatividad. La renuncia a conocer el más allá de cada uno, es el choque frontal que tendrían que soportar estas nuevas generaciones, algo que los padres suelen enseñar a sus hijos en el entorno familiar. Este actor que dice que nunca hizo porno, es el que se pasea por todos los Clubs de Alterne. Así es el mundo empresarial……