Dicen que la crisis agudiza el ingenio. Ayer estuve recorriendo el conocido lagar de Cortina en Villaviciosa, de la mano de su propietario Tino Cortina, y Braulio, uno de sus empleados. Nunca había estado en el posiblemente, producto más asturiano que existe. Allí hablamos de la sidra, de la manzana, de los procesos de recogida, de las manzanas de otros países, y cómo no, de la comercialización. Me quedé asustado de la cantidad de sidra que puede vender un lagar de este tipo anualmente.

Pero, como no de sidra solo viven los lagareros, han empezado con su tienda virtual, que por cierto da errores en alguno de los procesos que te lleva a la compra y está excasamente implantada en el canal online, han empezado habilitando la parte de esos 10 toneles de madera de 20.000 litros cada uno, para ofrecer espichas, y han empezado a utilizar el lagar como visita para conocer el proceso de fabricación de nuestro producto más asturiano.

Veo una cierta tendencia a generar recursos en otras líneas de producto sin abandonar la categoría. En un momento en que las economías se aprietan, quizás volver a celebrar comidas en lagares a un buen precio, pueda ser una opción interesante. El marketing online, es evidente que está por desarrollar, y deben preocuparse más de este área que les puede reportar no solo una mayor implantación geográfica, sino elevar la visibilidad. A cambio, los empresarios turísticos deben vivir más en sintonía con los lagareros. Deben conocer más lo que hacen, ofrecer sus productos en sus negocios y potenciar una relación más fluida. Es más, creo que la mayoría, no han visitado un lagar en forma de posible negocio para el Alojamiento.

No estaría de más, que se potenciasen reuniones entre lagareros y empresarios de turismo para acercar posturas no solo de venta, sino de conocimiento de producto, y no del final del proceso que es la tan conocida sidra, sino de todo lo que lleva a ésta, a ser un producto internacional y que requiere un trato muy diferente al actual en el proceso de comercialización.