Ya nadie puede pasar sin móvil, e incluso sin dos y no miro a nadie. Cuando recibes correos de clientes, todos tienen móvil, ninguno fijo, independientemente de que llegue desde una oficina o desde casa. Ayer le preguntaba a un cliente, y me contestaba eso: inmediatez, rapidez, agilidad. De la noche a la mañana, ya no podemos quedarnos tirados solos en la carretera porque llevamos móvil, ya enviamos correos con el móvil para hacer reservas para que nos llamen al momento, y ya no salimos de casa sin esa agenda de numeros en el móvil que nos da una cierta cobertura cuando estamos en un bar solos, o esperando entrar en el médico.

El móvil sigue siendo un producto caro, de hecho todo el mundo dice: si he gastado tanto y no sé en qué. Pues eso, en nada. Siempre recomiendo a mis clientes que utilicen el fijo, además de más barato, permite una mayor fluidez y calidad en la conversación de forma contínua, evitando que cuando te hacen la reserva, ocurra ese: perdona no te oigo, ¿tú me oyes?.

Es difícil cambiar hábitos de tendencias, y más esta que es utilizada por un perfil joven, tecnológicamente muy adicto, pero no está de más comentar que la «inmediatez de un móvil», no es la mejor forma de consolidar una conversación. Es más, la mayoría de las veces, uno va agobiado cuando le suena este aparatito en su función clave de conversación verbal, que no de muchas otras que si son más productivas.