Siempre me ha gustado el derecho. Es más, cuando empecé a estudiarlo Justo me examinaba de Derecho Romano de viva voz porque ya de aquella mi tiempo escaseaba. No pude continuar porque el trabajo me lo impidió, pero eso no ha sido óbice para no estar siempre interesado por los temas que el derecho regula en nuestra vida diaria. Hay cosas en las que estoy de acuerdo en cuanto a leyes y justicia se refiere, y hay cosas en las que no, ni más ni menos que como cualquier Español.

Todas esas acepciones positivas o negativas sobre el Derecho te vienen dadas por las situaciones que vives a diario. Vivimos en una sociedad en la que los conflictos son una parte importante de la convivencia diaria, y evidentemente debes tener la garantía de que un buen profesional velará por tus interes.

Hace tiempo, un amigo me presento a Enrique Vázquez, y desde entonces, años ha, hemos desarrollado muchos de nuestros proyectos juntos. Para mí,  es un gran profesional que siempre está ahí. Existen muchos buenos abogados, es más, algunos son lectores de este blog, pero con Enrique mi relación siempre ha sido muy fluida. Un abogado rural, es alguien que además de derecho, conoce todas las peculiaridades de un pueblo, que son muchísimas, y su enfoque siempre es el correcto. Es más, procura ver una salida sin tener que utilizar el derecho. Algo así como torear sin muleta un Victorino.

Enrique ha sabido conjugar la experiencia con la tradición, la responsabilidad con la viveza, y el trabajo con la evolución. Ser un abogado rural, porque naces en un entorno rural, no quiere decir que tengas que dedicarte a escrituras, lindes y demás familia rural. No que va, debes conocer como funciona el mundo online, porque muchas cosas se definen aquí en la red.  Debes manejar las TIC porque muchas cosas se definen a través de ellas. Y debes entender tener un diván móvil, porque los clientes ya no están como todos los negocios, en un misma ubicación. Son universales.

Supongo que habrá muchos abogados de entornos rurales, en donde su mayor ocupación pasa por defender situaciones vecinales, y también supongo que no es fácil tener que defender los derechos de las personas que conviven a diario. Pero no es menos cierto que en el entorno rural, existen muchas personas que quieren evitar la prosperidad de otros. Es lo que se llamaba en la época de Napoleón, la guerra amiga.

Esta guerra amiga, es la que nos ayuda a vislumbrar, a estudiar, a considerar y por supuesto a preparar Enrique Vázquez. Sin su ayuda, seguiríamos pensando que todo lo que te rodea es algo fascinante, y eso es lo que te dicen tus clientes. A mi me toca ser objetivo, y ver las cosas como son, no esperar la guerra amiga. Para ello, la colaboración de la persona a la que le dedico mi post, ha sido simple y llanamente decisiva.

Así pues y como Horacio decía Carpe diem quam minimum credula postero, y considera la actuación de tu abogado algo objetivo y nada personal. !Gracias Enrique por esa siempre atenta llamada de auxilio o advocatus…