Leyendo el blog de Mark Glaser, posiblemente uno de los bloguers con más artículos en los periódicos americanos más prestigiosos, me doy cuenta de que la tecnología nos ha hecho avanzar haciéndonos intolerantes en la espera sin justificar. Paso el día como dice Mark, saltando de wiki a google y viceversa, utilizo los analiycs de google a menudo, y no piso una biblioteca desde yo que sé cuando. Internet te permite hacer muchas cosas a la vez, y no solo fijar tu objetivo en uno solo. Hace años, todos acudíamos a la biblioteca para buscar información. Ahora la tienes en cualquier lugar. Ha cambiado la ubicación. El turismo también ha cambiado de ubicación y ya no va a la biblioteca a buscar los lugares a dónde viajar.
Este modelo es sinónimo de avance. Antes, ir a la biblioteca a buscar información, resultaba un proceso arduo, con muchos trámites, y dificultad en el acierto a primera vista. Ahora, ir a la biblioteca de Internet para buscar la información es todo lo contrario: al primer click tenemos la mayor parte de la información, seguimos ubicados en nuestro lugar de trabajo, y el tiempo se rentabiliza más. A partir de aquí, mi biblioteca que tiene cientos y cientos de libros, siempre me prometo que no compro más, tiene un servicio: el de lectura relajante en determinados momentos. Es un lexatin en papel. Mi otra biblioteca está aquí en la pantalla y es adrenalina pura. Si todo esto es así, y el futuro se canaliza en ese camino, ¿Por qué no enseñamos a los niños a viajar por Internet, a buscar una gran parte de la información en este fantástico medio?. ¿Por qué no cambiamos esas bibliotecas, archivamos los libros, y colocamos tecnología puntera para que escuchen un libro en itunes, puedan ver las localizaciones de otras personas según google maps, hacer videoconferencia con su profesor sino van a clase, y decidir qué lugar puede serles interesantes para irse de vacaciones a través de sus búsquedas.
Las escuelas son un fantástico lugar para cambiar las tendencias. El que los niños del futuro sean no ya más tecnológicos, sino que estén más pendientes de lo que ocurre a su alrededor, pasa por la movilidad. Vuelta la burra al trigo, ya no hay ubicaciones. Los profesores deben ser tecnológicos y deben enseñar a través de la tecnología. Viajar como turista a cualquier lugar del mundo, debe poder hacerse con el conocimiento de lo que en la escuela te enseñan. Cuando viajamos con niños, vemos los gadegts que llevan. Esos mismos, son los que en movimiento les hacen ser una biblioteca andante. La misma que hace años nos pedía un carnet para sacar libros y que ahora te deja ser tu propio bibliotecario.
Mi ilusión sería que se enseñara más geografía, más historia, más lengua, a través de Internet, pero los colegios deben tener la capacidad de no bannear a sus alumnos en esta búsqueda, como ocurrió en un colegio Inglés, censurando ya no solo su capacidad de aprender, sino la de buscar alternativas a los métodos tradicionales para un futuro de gran competitividad tecnológica. No es la Universidad de google, es la biblioteca de Internet y Google está en esa estanteria móvil, y nos guste o no, es la que genera una buena parte de la productividad diaria.
Juan Otero
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