Me llega vía Impronta Comunicación, el siguiente comentario periodístico de Gabriel Gallardo en el Comercio Digital. Si lees el único comentario que existe, es elocuente de como está el pulso de los empresarios de turismo. El artículo está bien, pero suena más a relleno de espacios, que a nuevos conceptos para estos espacios. Está muy bien la sostenibilidad, los apoyos de aytos, el cosenso y todo eso que suena a música celestial, pero colabora poco o nada a la rentabilidad de los Alojamientos sean rurales o no. Es más, me suena más a stablishment que a nuevos valores sobre el tema.

Antes de conocer la variedad de «turismos» que existen en Asturias, cosa que no tenía del todo clara, y menos para 11 tipos, me gustaría detenerme en una línea clave del texto: actuar en los productos más rentables, adaptar la estructura productiva a las nuevas necesidades, mediante la mejora de la calidad y la implantación de las TIC, e impulsar la colaboración del eje Público-Privado-Público.

Actuar en los productos más rentables es muy importante, pero con un catálogo tan denso, la empresa, o sea Asturias, puede y debe sufrir. Cuando en una empresa ocurre esto, se desprenden de marcas, potencian a las más importantes y con estas divididas en varias estrellas, se articula la estretegia sobre cuales debe pivotar la mayor rentabilidad de la empresa, o sea, de Asturias en este caso. Mientras haya muchas marcas B y muchas C, lo único que harán será penalizar la estrategia de la región. A ver quien le pone el cascabel al gato. No es difícil, es solamente pensar en el turismo de tu región como si fuera tu empresa privada…

Adaptar la estructura productiva a las nuevas necesidades, requiere una reconversión. Las empresas se actualizan contínuamente, y para adaptarse al futuro, deben ser competitivas en el presente. La calidad y las tic son una aspirina para quien tiene un resfriado, pero no son un tratamiento importante para una situación crítica. Creo más obligado utilizar el bisturí y preparar el futuro, aunque sea una medida impopular. Al final, tienes que tomar decisiones, y dejar de sostener lo insostenible. Cuando la cadena de producción funciona mal, los productos salen defectuosos, y los clientes dejan de comprar ese producto, sean coches, electrodomésticos o turismo.

El eje público-privado-público para mí, es el eje Principado-Empresarios-Ayuntamientos. Me gusta así, porque creo que el empresario debe estar en medio de ambas actuaciones. El Principado debe apoyar con rigor a todos los empresarios de turismo que considera fundamentales para la estrategia de la región, y los Ayuntamientos son responsables de que estos empresarios apoyen de forma contundente ese trozo de región en la que están ubicados. Lo de marcos, consensos y demás palabras para mí son rollos. Deben actuar en función de los intereses empresariales como un negocio que es para nuestra región y pasar de los tópicos a los hechos. El empresario de Turismo, no debe consentir reuniones que no cuantifiquen resultados a medio y largo plazo. Debe exigir la aplicación de una hoja de ruta basada en rentabilidad e imagen de marca, y debe tratar no solo de que ésta sea fuerte, sino que de las distintas categorías empiecen a consolidarse.

Conclusión:Marcas de turismo basadas en regiones hay muchas, pero regiones que hayan potenciado las distintas categorías, no hay tantas. Es un buen momento para valorar que marcas son A, B y C, dentro de la región para empezar a desarrollar la estregia de futuro en esa línea y que las B y C ayuden a la rentabilidad de la A, sin tener que prescindir de ellas ya, pero quizás en un futuro no muy lejano.