Esta es una  de las preguntas claves que me hago contínuamente para posicionar nuestro producto, y básica para saber donde tienes que colocar tus recursos y tú investigación: saber si el producto de turismo rural lo compras tú, persona de mediana edad, o lo elige tu hij@ que está más docto en las TIC y le gustan las redes sociales para compartir experiencias. En este caso la de escogerle a sus padres un destino.

Existe un amplio porcentaje de mujeres en la unidad familiar decidiendo nuestros viajes. Existen muchos jóvenes que debido a su avance en las tecnologías deciden sus destinos de forma autónoma . Existen personas de mediana edad que manejan bien las TIC, pero existe un sector muy importante de este nicho de mercado, que encargan a sus hijos los viajes.

Todo esto implica que además de estar en el lugar de decisión de un padre debes estar subliminalmente posicionado en la retina de su hij@. Muchos clientes de los antes descritos, encargan a sus hijos el viaje a una casa rural, y éstos invitan en sus búsquedas a sus amigos para que entre todos decidan cual es el producto más interesante.

El hecho de que uno de mis objetivos en el futuro, sea el de compartir experiencias en este medio, a través de un determinado producto, es por el hecho de que todo es más palpable si se comparte lo que has hecho en ese destino en formato video. Así se podrá pasar de padres a hijos y estos a su vez a sus amigos, para compartir su experiencia en un entorno rural.

El mercado cada vez es más complicado, y buscar al cliente es una tarea sin fin. Si era difícil encontrar a un cliente, ahora hay que ver todo lo que ocurre a su alrededor. Pues sí, es la psicología del misionero de las ventas. Tu misión no acaba hasta que la venta no se cierra, y como nunca se cierra, pues nunca acaba.

Vamos a situarnos en ese escenario Padre-Hijo-Amigos , donde tendremos un eje de crecimiento. Pero no solo en turismo rural, sino en todo lo que implique desplazamientos con estancias y otros atributos. O sea, TURISMO  en mayúsculas.