Ayer me tomé un café con Lucia, Técnico del Icte. Siempre me gusta saber cuales son los intereses futuros de las Marcas, y por ese, entre otros, estoy en contacto contínuo con el ICTE. Hablamos de muchas cosas: de las marcas, de su futuro, de sus cambios, de lo que se podría hacer, y como no, le propuse un proyecto. Un proyecto diferente, pero muy interesante.

Con Lucía no te aburres, siempre te matiza muy claro las cosas en las que trabaja la Norma, cuales son los aspectos más importantes, como ve el futuro de las Marcas, y quienes establecen cierta proactividad a las mismas.

Yo, no me gusta quedarme con lo primero que veo, y como me conoce muy bien, trato de aportar nuevas situaciones al ICTE. Evidentemente, hay cosas que uno no puede cambiar, pero si tratar de que se vean otras necesidades o mejor dicho oportunidades de gestión y de venta de un producto, avalado por el desarrollo de una marca.

Me encanta colaborar con las Marcas, pero evidentemente las marcas deben ser más flexibles en ese feed- back porque nada es eterno, y una marca, debe tener un poco de plastilina, o de apertura hacia lo que se comenta en el exterior, para evitar anclarse en un lugar poco seguro.

Nuestras conversaciones son técnicas, pero reconozco que son de las técnicas que me gustan, porque son tan prácticas que apenas le veo la teoría. Vamos a ver si esta nueva idea, la ponemos en práctica, y se potencia el turismo rural en bloques bajo marca. Es un tema más arduo pero con mucha miga. Ya veremos.

Hasta entonces, les agradezco ese café de una hora más menos, y con él la oportunidad de repasar en una mesa, aspectos del futuro de la calidad, de mano de un Instituto con mucha solera.

Gracias Lucía. Y por supuesto a Ana Zarauza también.