Hoy estuve en Santander desayunando con Francisco Pernía, Presidente del Racing de Santander. Hace años que conozco a Francisco y me resulta muy difícil definirlo con una sola palabra. Es locuaz, inteligente y con una visión de largo radio. Solo alguien que ha sido como dice su wiki, consejero con varias carteras, entre ellas Turismo en sus momentos más claves,  secretario de partido, piloto de rallies, teniente de aviación( me comentó las 4 variables para que un avión se caiga en referencia al AF447), monje trapense,  empresario prestigoso de Cantabria y presidente por tercer año consecutivo de un club de primera,  le otorgo la capacidad de juzgar aspectos que influyen en el desarrollo de una CCAA.

He pasado casi dos horas, con una persona a la que le tengo un gran aprecio. Una persona que me ha enseñado muchas cosas, y que siempre que me dedica parte de su tiempo, lo paso pensando en cuándo volveré a esa clase magistral que imparte de forma brillante Francisco. Seguro que nos veremos en breve en Asturias, y seguro que seguiré apurando los tiempos para poder aprender muchas cosas de él. Mientras tanto y no, me quedo con la resaca que te producen los buenos empresarios.