En mi paso habitual por la Autopista del Huerna, aprovecho para disfrutar del paisaje en varias de sus áreas recreativas. En este caso, paré en una de las que más me gusta, que no es otra que la de Los Cuatro Valles. Desde allí, divisas el lago, en el que se practican en verano actividades, y todos los montes y pueblos que rodean al mismo. Es una parada obligada en el paso que los turistas hacen hacia Asturias ante de llegar al lugar turístico elegido, y que debería mantener una mayor limpieza por parte de los visitantes. Las autopistas, deberían estar focalizadas como elemento turístico en muchas de sus variables, y no solo como elemento de circulación en el tránsito de vehículos. Quizás serviría para promocionar las CCAA, para consolidar el descenso de accidentes, y para preparar la llegada del cliente al lugar elegido de una forma mucho más global.