Ante el fomento por proteger nuestros datos de forma considerable y en todas las facetas de nuestra vida diaria, yo siempre he sido muy transparente y defensor de la facilidad de encontrar referencias a cada persona en cada dispositivo móvil. En el movimiento internet, no tiene sentido tratar de guardar datos personales que pueden ayudar a identificar tu perfil, a verificar tus datos y agilizarlos. Es más, una parte de la estrategia del marketing actual va en ese camino: conocer todos los datos de las personas que deciden la compra, o sea, la mayoría de personas jóvenes, y poder compartirlos. Ya sabes, sino puedes con tu «enemigo», únete a él.

Todo esto tiene el sentido que la jienense Joana, una clienta de nuestras casas, le quiso dar a esos datos. En uno de los cajones de la casa Mirador, encontré un navegador último modelo Navman, un lector multitarjetas, un convertidor de cable de mechero a AC, y varios cables de conexión a ordenador y pda. Casualmente, no había anotado su teléfono móvil(craxo error por mi parte), pero al buscar en las propiedades del producto, tenía su teléfono y su dirección. La transparencia de datos personales, me permitió ponerme en contacto con ella para enviarle mañana por mensajeria sus gadgets.

Los datos personales en dispositivos, son los datos de lo que tú eres y es evidente que muchas personas pueden utilizarlas malintencionadamente. En contra de quienes mercadean con tus datos, existen otras personas que los utilizamos de forma correcta. La mayoría de las aplicaciones del mercado, nos permiten mostrar todos nuestros datos, con lo cual, la ley no puede ejercer presión en productos que los propios usuarios concedemos la posibilidad de ser manipulados. Ojalá este control que cedemos, fuera siempre utilizado de forma correcta.