Ayer, leía en el periódico La Voz de Asturias, que los emprresarios turísticos, estamos en pie de guerra contra el calendario. El calendario es un intangible que aunque no se note, influye bastante en el desarrollo turístico. Todas las empresas tienen su calendario, para planificar la estrategia que desarrollarán a lo largo del año: plan de medios, promociones, implantaciones nuevas, etc. Todo el desarrollo de una empresa pasa por el calendario, pero imaginemos que ocurre lo siguiente:

Una empresa que se fija solo en cuándo se vende un producto, y no se fija ni en quién lo compra, ni porqué lo compra, ni en dónde se vende más, ni si la implantación es la correcta, o el equipo de ventas lo está ejecutando correctamente, empieza a tener problemas porque su producto solo se vende en determinada época del calendario. Al no lograr su objetivo empresarial, echa la culpa al gobierno, a la crisis, a los momentos estacionales de venta de ese producto(lluvia, sol, etc), y no se preocupa de la estrategia que ha desarrollado para evitar fijarse en el calendario.

Los Calendarios siempre nos dicen cuándo podemos hacer cosas, pero no cómo debemos hacer las cosas. Pedirle a algo tan importante para nuestro devenir, que organice nuestros negocios no es planificar bien el calendario. El calendario tiene una visión macro de todo lo que te ocurre, pero tú debes pasarlo por el filtro y convertirlo en micro, o sea, en posibilidades pequeñas y diversas para tu negocio.

Cuando una empresa va justa de facturación según previsiones del calendario, procura buscar otras posibilidades que le permitan no ceder ratios de rentabiliad, y que el dinero al abrir el cajón sea igual o parecido. Cuando has visto tu negocio en micro y el calendario en macro, es posible un cambio de actitud y aptitud. Cuando solo ves tu negocio en macro, crees que otros deben pensar por tí, y  los puentes terminan cayéndose por no estar bien construidos..