El Norte Económico, diario con el que colaboro y que cada día vende más, me había pedido un artículo sobre turismo, en un verano movido. El precio, que siempre me da mucho que pensar en los negocios, fue mi punto de partida. El artículo para los que no tenéis opción de comprar El Norte Económico, es el que sigue a continuación:

PRECIO, EL ESLABÓN PERDIDO

La temporada turística anuncia su fin, tal como se concibe el turismo en nuestro país. El precio es uno de los elementos señalados con el dedo sobre el que desatarán su ira los empresarios de turismo. La palabra crisis servirá como cabeza de turco para intentar explicar lo inexplicable, al menos lo que nuestras autoridades no aciertan a explicarse. Este término, la crisis, que tanto ha costado asimilar al Gobierno central, será para el Ejecutivo asturiano la que albergue la posibilidad de redimir culpas, y de este modo la administración pasará de puntillas ante dicho cóctel.

Las empresas rentables y proactivas, no tienen en la fijación de precios su única herramienta. Las TIC, la innovación, el diseño, el merchandising, el análisis pormenorizado y otros eslabones de la cadena definen la estrategia de una empresa.

Los resultados, casi nunca difieren del objetivo. En Turismo y más en el sector rural, llevamos años sin establecer políticas empresariales, merchandising lateral, innovación, competencia, y lo más preocupante: vinculación a las redes sociales, o sea a cualquiera de nosotros, o sea a todos los turistas.

¿De qué vale que te preocupes del precio, si tus clientes no te conocen?. Las redes sociales te acercan a la sociedad digital, formada por personas y focalizada en intereses comunes. El precio como culpa de la rentabilidad, es algo que nunca debe utilizar el empresario turístico como defensa de una carente gestión empresarial. Si no sabemos que además del precio todos podemos ser competencia de todos, no podemos establecer ni dicha competencia, ni los precios, ni la estrategia más interesante.

Personalmente, discrepo en que una casa de madera sea competencia de una casa rural, y estoy de acuerdo en que una casa rural es competencia de un hotel. Existen un elemento clave precio/pax, pero no es ni mucho menos el único. Existen un importante desconocimiento en el sector sobre todos lo que el Marketing online puede aportar al negocio turístico, y esta forma de elevar la visibilidad, si acredita una importante madurez del sector.

No existen tampoco blogs corporativos. La mayoría de las empresas turísticas no tienen un blog que permita crear una marca, consolidar el producto, y tener su propio canal de comunicación. Es una carencia letal en la carrera por el turista del futuro.

No existen en el turismo rural, asociaciones capaces de posicionar el producto más allá de los ingresos por cuota. Muchos de los modelos turísticos, no requieren una gran inversión.

No existe en turismo rural un marketing lateral apoyado en todos los sectores que mueven el interés de la reserva por parte de un cliente. No sabemos cerrar una compra global y pormenorizada en cada área.

No existe en la categoría de turismo un interés por involucrar y aprender de las grandes empresas, un modelo de gestión que proponga cambios estructurales.

No existe por parte de la administración, un interés especial por darle otro aire a esta categoría. Esto es el efecto que produce el no encontrar una cadena de valor perfectamente conectada, que haga que la Administración lo entienda como presente empresarial, y lo coloque en su lectura diaria.

El precio es lo único que no debe preocupar a los empresarios por la sencilla razón de que no existen proveedores en turismo que puedan fijar los precios. Es un mercado libre y cada uno establece lo que cree que su cliente debe pagar por su producto.

Las grandes empresas se preocupan de forma aséptica de los precios. Se preocupan de innovar. Se preocupan de generar recursos. Se preocupan de generar recursos. Se preocupan de analizar situaciones pasadas. Se preocupan de consolidar el producto y elevar su visibilidad. Se preocupan de controlar gastos. Con todo ello, el PVP es importante para la rentabilidad del negocio, pero no el único.

La cadena de valor de un negocio turístico, empieza por la necesidad de que el empresario se sienta transportado más allá de dos mese de verano. Piramidalmente, esa es la punta del iceberg, un iceberg que solo cambian de posición los turistas. Saber que lugar debes ocupar en ese cambio, es consolidar tu negocio turístico.