El miedo a la anulación se convierte en síndrome a medida que creces. Ayer, un periodista, me preguntaba qué efecto creía más preocupante para el turismo rural, y le contestaba que éste. Indudablemente en Agosto, el miedo a que algún cliente sufra algún percance y no pueda venir a tus alojamientos, es terrible. Evidentemente, no puedes pedir a tus clientes, un historial médico, una situación familiar, y toda esta cantidad de imponderables que suelen trastocar un viaje, pero sí puedes enviar correos y mantener semana a semana un cierto control de lo que ocurre.

Esta anulación, no es lo mismo para un Hotel que para un Alojamiento rural, y no lo es, porque el empresario de lo uno, está en cualquier lugar,y el de lo otro, está esperando en la puerta del alojamiento. Cuando creces, esto también te ocurre, y no es fácil estar a la puerta del alojamiento, por lo que puedes perder parte de ese control diario, como ocurre en los hoteles, contratar a personal, y que a ellos les dé igual lo que ocurre con las reservas.

Este miedo para mí se convierte en Síndrome, cuando realmente crees que puede ser por el motivo de : encontraron otra cosa. Este encontraron es diferente para mí que para un hote. Imaginaros cuantos gerentes de hotel se preguntan(en el caso de que se enteren) por las anulaciones y qué ocurre con ellas. Supongo que no es una práctica habitual.

En turismo rural, este miedo da lugar a que esa semana te cueste alquilarla, sea difícil retomar un tema que ya te viene de los meses de invierno, y en el cuál tú no percibias esa anulación en la tramitación de reserva. Este miedo viene porque en el turismo rural, el gerente, el cliente interno, el limpiador, o sea toda la empresa eres tú, y te afecta a TÚ cuenta de resultados. Parece que no, pero sería un buen motivo para que muchos del sector y del mundo hotelero, pensaran en ese TU y a quién afecta……