Creo que para todos esta situación es muy común. A veces nos encontramos webs de mayoristas de viaje con mejores precios que los que da el propio fabricante. Y en turismo rural no va a ser menos. Es evidente que quien más posibilidades tiene de manejar el precio de cara al consumidor final, es el fabricante, pero no por ello a veces los clientes, confían más en el mayorista que en el fabricante. Los precios siempre van en función del volumen, y la exigencia del cliente no entiende de volúmenes, solo de por qué ha encontrado tu precio mejor en el e-almacén de Internet y no en la e-fábrica del fabricante.

En los años que llevo en el mundo de la distribución, he visto muchos clientes cabreados por la siempre elasticidad de la tarifa del fabricante, y contentos con la rigurosidad que el almacen les ofrece. Claro, el surtido no es el mismo en uno que en otro: el fabricante tiene todo el catálogo, o sea, tu le puedes ofrecer a tu cliente, turismo activo, restaurantes, etc. Y el mayorista no. Él, solo puede ofrecer el viaje y la estancia. En lo demás, no se complican la vida. A Dios gracias, porque el día que consideren al turismo rural y sus posibilidades de valor añadido como parte del entramado de su negocio diario, el fabricante puede o podemos, empezar a tener serios problemas.

Así pues, no esperemos a que el cliente nos atornille para darle el mejor precio. Vendamos por temporadas nuestros valores añadidos que son muchos, y dejemos que el mayorista llegue a los lugares a dónde el fabricante no puede llegar, pero no nos estorbemos ambos, porque somos necesarios para sacar este negocio adelante, y el cliente debe ver esa colaboración en forma de precio en su compra, el mayorista en un mayor margen de estos productos, y el fabricante en una mayor distribución. Muy fácil….