Si buscas un dominio en estos momentos para tu nuevo alojamiento rural, tendrías por delante una tarea más complicada que la de desarrollar el mismo como negocio. No existen nombres libres que tengan una relación directa con la categoría y el lugar donde se desarrolla el producto. Cuando utilizabas el naming o proceso de búsqueda del nombre del Alojamiento, te basabas en uno que tuviera que ver con el lugar donde te ibas a ubicar. Y si encima era corto, entrabas en los más versátiles del género. Evidentemente, la estrategia en Internet va mucho más allá, pero esto era la parte primaria, por llamarla de alguna forma.

Desde entonces hasta ahora, creo que no se utiliza excesivamente el naming como proceso para encontrar nombres que posicionen el producto en la mente del consumidor de forma clara, aunque si es cierto que se empiezan a ver empresas que ya huyen de forma clara de que todo su nombre sea un reflejo de la actividad que desarrolla, máxime cuando los turistas no buscan ya por los parámetros que daban lugar a que ese nombre con características rurales, y cierta estrategia online, pudiera ser atraido a la pantalla de los mismos, ante la búsqueda de un alojamiento.

Cuando el turista busca en Internet, ya no utiliza solo unas tres palabras. Utiliza muchas combinaciones, tantas como intereses tenga en encontrar lo deseado, y muchas de ellas están relacionadas con la palabra oferta. He visto muchas búsquedas de turismo y puede ser algo así: casas rurales oferta noviembre madrid. Visto esto, es muy difícil tener un nombre que encaje en dicho puzzle, y bastante el tener una estrategia online. Los resultados son tan camaleónicos como el cliente.

El rebranding puede ser una opción interesante para consolidar una marca de turismo rural, así como para lograr que los clientes vean un posicionamiento de la misma más global y no solo ubicada en esa categoría de turismo. Reubicar el nombre es muchas veces retroceder para coger carrerilla. En este caso, y como parte de la cercanía que ofrece el negocio, es muy importante valorar la opinión de tus clientes, y en los negocios que sea posible, la de los propios empleados.

Con el rebranding no quiere decir que pierdas efectividad. El valor de tu marca de turismo rural ya lo tienes conseguido. Pero ahora se trata de aportar el valor de las imágenes en formato social 2.0. Evidentemente, habría que analizar el alojamiento, como va a evolucionar con la nueva marca, y esta marca segmentada por clientes, algo cada día más complicado. Como complicado es depender de la estrategia online, como le ocurre a una gran parte de este sector.

Nunca me lo había planteado hasta este momento en que empezamos a crecer. Cambiar el nombre por otro más global, inmiscuyendo en ello a los clientes, es la opción que ofrece el negocio local, frente a la plantilla de empleados que ofrece el negocio global, o menos micropyme. En cualquiera de los dos casos, tanto el cliente interno, como el cliente sin más, pueden ofrecerte mucho feed-back, para o bien cambiar tu posicionamiento en la mente de los clientes, sin que te vinculen a unos paramétros por los que ya no buscan muchos turistas, o bien para crecer en una categoría de turismo que debe replantearse aspectos tan importantes como logotipos y nombres adecuados para un proyecto de futuro.

En nuestro caso, Tecnología, Decoración y Construcción, están siendo los tres pilares sobre los que se asienta nuestro proyecto, además de consolidar nuestro lema, el valor de lo rural, invertido a un término anglosajón que ha dado lugar a nuestra franquicia ruralvalue. Además contamos con la implantación de nuestros valores, captados creemos de forma clara: enfoque comercial, orientación clara hacia el cliente, apuesta por la calidad y el diseño y desarrollo tecnológico. Evidentemente, aún no llevamos uniforme……