Hay uno que se refiere a la Economía, y que nos ocurre a muchos empresarios de Turismo Rural, aunque es inversamente proporcional a la carencia de educación en la gestión. No es que tenga que haber un Economista camuflado, a lo Tim Harford, del que por cierto en su libro he sacado conclusiones muy interesantes aplicables al Turismo Rural y en breve os comentaré. Es que tiene que haberlo. Vamos que o explicas bien las cosas o tu economía y la imagen que el cliente lleva del alojamiento….
Como llega el frío, llega el interés por los medios caloríficos, vease leña, calefacción, etc. Las horas destinadas a tal menester o la cantidad de producto es algo a estudiar.
– Hola, me gustaría saber sobre las horas de calefacción.
-(puff, supongamos que no hace mucho frío). Estará encendida unas 7 horas más menos. Sino son suficientes nos lo dice.
– Perfecto, creo que con ese tiempo estará bien.
– Al cabo de un día: disculpe pero ¿podría poner un poco más la calefacción?.
– Si claro, y aquí entra el «Economista Camuflado». Pero ayer observé todas las ventanas abiertas. ¿No haría excesivo calor?.
– Si, la verdad es que teníamos calor y al abrir se nos enfrió la casa un poco.
– Vale vamos a poner la calefacción 6 horas y no abrimos todas las ventanas por ejemplo, ¿te parece?. Si no resulta, cambiamos la estrategia.
Conclusión: Al día siguiente, ventanas cerradas, calefacción menos horas y cliente caloríficamente educado. No se trata de muchas horas a cualquier precio. Se trata de buscar el equilibrio entre la necesidad y la realidad. Esa economía pasa por una educación sobre este ámbito que tanto penaliza a los alojamientos en las Encuestas.
Juan Otero
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Un comentario
Juan, creo que esta situación que describes es muy habitual. En la casa rural de mis padres, todos los alojamientos tienen calefacción y chimenea, y durante el primer invierno lo primero que hacían la mayoría de huéspedes al llegar era una gran hoguera con toda la leña que se suponía que era para todo un día, y al rato todas las ventanas abiertas porqué allí no había quién aguantase.
No se si es carencia de educación en la gestión o carencia de educación medioambiental, pero también hay quién en invierno va en calzoncillos por casa, con la calefacción a 25 grados. Pero por suerte, una pequeña explicación al recibir a los huéspedes acostumbra a ser suficiente.
A ver si me pillo el libro 🙂