Lo arriba escrito quiere decir Temporada Alta, Temporada Media y Temporada Baja. Cada año cuando llega esta época tengo el síndrome «Temporada». Y lo tengo porque siempre me quedo pensando en lo que significan estos periodos en Turismo Rural más allá de la clusterización del producto en unas determinadas fechas. TA TM TB deben hacernos reflexionar sobre nuestra creatividad en esta categoría y si realmente podemos aportar un valor añadido en determinadas épocas del año que tengan que ver más con las bondades de nuestro producto que con una fecha en concreto.

El Turismo Rural, del que formo parte, tiende a dividir el año en varias fechas que a su vez conforman ese continente. Dichas fechas se basan en épocas del año en que existe más o menos afluencia de huéspedes a los alojamientos, y que coincide con las vacaciones de una buena parte de los Españoles. Todo esto está muy bien, pero no tenemos en cuenta la cantidad de personas que cada día hacen más turismo rural en otras épocas del año. Todo esto está muy bien sino tenemos en cuenta que cada región y la nuestra en gran parte, tiene unas estaciones con un valor añadido impresionante. Todo esto está muy bien, sino consideramos al Turismo Rural una categoría con futuro.

Cuando hablo con mis colaboradores sobre este tema, y espero que esta sea la última, siempre me colocan en la pizarra la discriminación de precios de las tres temporadas y lo que permite evitar la decisión del cliente para contratar lo más caro y lo más barato. Parece que por el medio siempre hay algo que nos permite la elección, que sería esa temporada media. Es como el salvavidas del calendario rural, y en breve voy a empezar a nadar sin «salvavidas».

Si reviso en Internet las webs de Hoteles, es rarísimo que coloquen temporadas, el producto está dentro del marketplace. La temporada con problemas la venden con valores y atractivos que las hacen más resultonas a la vista del cliente. Es más, tu envías un correo según tu elección y ellos te envían el precio y la disponibilidad. En los laterales de la web valores, valores y valores. Roberto Goizueta, uno de los grandes directivos de este siglo, decía que lo importante para Coca Cola era la diferenciación. ¿Pero se puede ser más diferente siendo Coca Cola?. Esta palabra a mí siempre me ha gustado mucho y en turismo rural es una clara desventaja o no apuesta por parte de los empresarios.

Diferenciación es tecnología, es diseño exquisito, pero sobre todo es la percepción de las bondades del producto a través del valor añadido que el alojamiento ofrece. Cuando pensamos en varias temporadas, pensamos en lo mismo que el cliente según fechas de trabajo, pero no pensamos en las posibilidades que tiene el cliente de conocer muchos lugares a través de sensaciones. Estas, no están en una temporada, ni en dos, ni en tres. Están, como diría Luis Rull, en un 24/7/365, o sea todo el año.

Mi interés por lograr una interesante desestacionalización, lo cual vamos camino de ello, me permite comprobar que los productos de turismo no deben venderse en la pantalla como una temporada. Deben venderse como la posibilidad de obtener los beneficios que crees que el mismo te puede aportar. A partir de aquí, conseguir más y más clientes satisfechos en cualquier época del año es una misión que deja en segundo plano lo general para pasar a lo particular. Una misión que analiza en detalle todos los pormenores del impacto que supone colocar unas temporadas en la web. Una misión que busca la mezcla de la pasión y la habilidad tiene muchos visos de lograr el objetivo. Una misión con antelación es una misión de éxito.

Mi misión es cambiar muchas cosas de las que creo que no están bien en este sector. Pero ojo, que yo también tengo que cambiarlas en mi devenir diario, y como siempre he promulgado, la caridad bien entendida empieza por uno mismo.