Los pasteles son dulces como los negocios, y se reparten empresarialmente hablando entre las empresas que más interesadas están en el negocio. En turismo, llevamos tiempo pensando que lo tecnológico asume un target futuro y se descuida el tercio de personas mayor de 50, que viajan y tienen un poder adquisitivo importante.
En la época que viene, es muy importante disparar a todo lo que se mueve, empresarialmente hablando y ver las puertas de cada casa como el lugar donde colocar tu producto.
Senior, no implica una ubicación diferente, implica un tratamiento diferente. Un tratamiento, basado en la forma de elegir la compra turística. Quizás sería interesante definirlo como de tercera edad, cuando a esta se le dé la denominación de cuarta edad, porque implica una edad en la que el disfrute turístico como parte del gasto destinado a ocio, empieza antes de la jubilación pactada en la mayoría de los casos.
En turismo rural, no existe una oferta dedicada a este segmento de la población, y la que existe para turismo en general, esta quizás muy anclada en la tercera edad, descuidando la cifra de negocio que se mueve en entre los 50 y los 60.
Aquí, hay que diferenciar entre quien hace la elección y quien paga el producto en la unidad familiar. No todos los negocios evolucionan solo por el puente tecnológico. Algunos tambien mantienen una parte importante del pastel, basada en negocios tradicionales. Ahora, o todo es tecnológico, o todo es tercera edad, ¿y por el medio?. ¿Va a dejar la distribución este importante pastel sin “obrador”.
Juan Otero
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