Hoy me envía mi amigo Samuel Martín-Barbero, profesor de la USJ, un flash con vídeo, muy interesante por cierto, de su pregunta al candidato a la Alcadía de Zaragoza, el Sr. Belloch, sobre su opinión de lo que será la ciudad después del evento. Como no podía ser de otra forma, Samuel le preguntó sobre la marca Zaragoza, sobre la estrategia de comunicación para la Expo, y que ocurrirá en esta ciudad después de. Discrepo con el Sr. Candidato…
1: Como comenté en mi anterior artículo, y en el cual Severino ha hecho apreciaciones muy interesantes, se vuelve a utilizar el término sostenible en boca de un político. Que temeridad.
2: Samuel, que sabe mucho de marcas, le pregunta al candidato sobre la marca Zaragoza. El Sr. Belloch la compara con Kioto. No se en su entorno, pero en el mío no conozco a nadie que haya ido a visitar Kioto, turísticamente hablando. Es más , si haces una encuesta, salvo por su sonido, muchas personas no lo ubicarían en un mapa mundi. Ni que hablar de saber que fue capital de Japón hasta pasados 1800 años. Pudo ser Kioto, Madagascar, Tegucigalpa o yo que sé, pero el cambio climático y la reducción de gases que producen el calentamiento global y la destrucción de nuestra propia casa, la tierra, no solo se rige por unos protocolos, y sino que nos digan porque desde la implantación de Kioto, en España la emisión de gases subió por encima del 45% cuando su techo era del 18%. Resumiendo: Kioto es una declaración de intenciones, y Zaragoza la intención de ser declarada turística por sus visitantes.
En mi modesto entender, crear una marca para una Expo, y compararla con Kioto, para perseverarla en el tiempo, no es un razonamiento serio ni de futuro, y menos utilizar la palabra Sostenible, como un tópico.
3: No es serio que un político hable de «gente» como visitantes de tu ciudad, villa o pueblo. Gente se refiere a algo poco cercano, que valoras por el volumen y lo cuantificas. Si quieres que tus turistas, visitantes, viajeros, etc, como quieras llamarlo, vuelvan a tu ciudad e impregnen de agua todos los lugares del mundo, no les llames gente. Debes ser má cercano, y así lo debemos sentir los que visitamos esa bonita ciudad.
4: A la pregunta de Samuel sobre la promoción de Zaragoza de cara a los turistas, dice «preveemos» crear una oficina. No sé, si la Expo está ya encima, como es que preveen crear. No me extraña que Samuel pusiera el dedo en la llaga, sobre lo que fue Sevilla, porque esto, si está por preveer, puede terminar siendo el clon Sevillista.
5: Teme más al éxito que al fracaso. No entiendo, el éxito es el elixir del trabajo bien hecho. El fracaso es la mala conciencia de por vida. Si crees en el éxito, ¿porqué lo temes?. La posibilidad llama una vez a la puerta de Zaragoza, y su deber es abrir la compuertas para que salga todo el agua posible, impregne a los turistas, que no gente, y su ciudad sea conocida en todo el mundo. Es muy fácil.
Samuel, he visto el video, lo cuelgo aquí porque creo que tus aportaciones son fantásticas, pero cuando lo planteas al poder político y terminas recibiendo al toro a puerta gallola, te das cuenta que todas las faenas requieren una tarde soleada, un toro aceptable, y un torero con arte. Sino, el torero termina la faena por aburrimiento.
Abrazos amigo y recuerdos en la USJ. Puedes verlo en Samuel
Juan Otero
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Un comentario
Os envío la apreciación que hace Thelonious Llamosas, director de nuestro proyecto en Tormo & Asociados
Buenos días Juan,
Acabo de leer tu último artículo, en relación con la marca Zaragoza.
Dos cosas.
Primera. Después de haber visto el vídeo de Samuel, sólo tengo que decir que es cierto lo que dices de «que te das cuenta que todas las faenas requieren una tarde soleada, un toro aceptable, y un torero con arte. Si no, el torero termina la faena por aburrimiento». Qué decir. Nuestro Alejandro Talavante quiso torear, en una tarde soleada; pero se encontró con un becerro manso, con pocas ganas de moverse Y siempre buscando las tablas (y, ya se sabe, si el toro se mueve, el torero torea, si no, has pagado para no ver nada).
Segundo. Hablar de la marca, es ya tan trivial como hablar de estrategia o de los excesivamente manidos «demócratas». Cualquiera puede, hasta el más pintado.
Nada más.
Persevera en tu camino.