Después de regresar de Almeria, en lo que ha sido el I y éxitoso encuentro rural de blogs, creo conveniente poner el foco en lo que no debe ser el foco. Me explico: Internet es un medio, no un fin. Si tienes un Ferrari y solo puedes conducir a 120, la velocidad no es el objetivo de la compra de ese producto. Si tenemos Internet como catalizador de procesos, no dejemos que sea el proceso en si mismo. Poder contratar una parte de ese proceso, implica que el destino al que te lleva ese proceso vía online, sea tal como esperamos. Esa es para mí la excelencia de Internet.

Debemos empezar a pensar que no solo buscar a alta velocidad una casa rural, debe ser lo más interesante. Debemos empezar a pensar, que la elección empieza cuando se llega a la propia ubicación. Debemos empezar a pensar que a veces, vale más (ya que las carreteras no lo permiten), ir más despacio, pero ver el objetivo final de uso que comprar más de lo que de su utilidad se va a sacar.

Si elegimos un alojamiento de turismo rural, lo importante no es dar con él, sino que el cliente encuentre lo que ofrece el mismo, y que esto último sea acorde con lo que debería habar mostrado a través de La Internet. Este, y la Sociedad de la Información, ganan en credibilidad cuando el producto que deseamos, se convierte en un medio y no en un fin.

El sector turístico avanzará de forma contundente, cuando deje su obsesión por estar el primero en las búsquedas del producto solicitado, y se preocupe de que tras esa búsqueda ha empezado un negocio de futuro, no una pesadilla diaria por captar un negocio que está muy atomizado. Estar en el lugar adecuado, captar la atención del cliente, y llevarlo hasta la ubicación, es una parte online. El problema es que la parte física y mental, que es la otra, sigue decidiendo una gran parte de los procesos de este modelo electrónico que cada día se ha vuelto más exigente, casi casi, como la cantidad ingente de personas que utlizamos la Internet.